¡Mirá vos!

Estás a punto de agregar una nueva curiosidad en tu bitácora de viaje. Y tiene que ver con el uso del “vos”, marca distintiva del habla rioplatense. Una palabra que llegó a estas tierras junto con la colonización española en el viejo siglo XVI, y que originalmente -en Europa- se utilizaba como una expresión de respeto hacia figuras de autoridad y personas de estatus superior.

Pero acá, en esta parte del mundo, nuestra gente le añadió su impronta personal y su propia significancia al “vos”. Le sumó calidez, le agregó cercanía y eliminó sus formalismos innecesarios. El voseo argentino no implica solamente un cambio en el pronombre, sino también en la conjugación verbal. Por ejemplo, en lugar de “tú eres”, se dice “vos sos”; en lugar de “tú tienes”, se dice “vos tenés”.

¿Y sabías qué… ? Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, hubo un intento de estandarización del español en Argentina, impulsando el “tú” como la forma correcta y prohibiendo el voseo en contextos formales y educativos, por considerarlo una forma de lenguaje vulgar. Sin embargo, este modismo se aferró con fuerza al habla cotidiana y se mantuvo como una expresión cultural arraigada en todas las clases sociales, en todos los ámbitos y en todas las regiones del país.

Desde la década de 1960, con cambios en la sociedad y una mayor valoración de la diversidad cultural, el voseo comenzó a ser reconocido y aceptado como una característica distintiva del español argentino. Y fue recién en 1982, cuando la Academia Argentina de Letras finalmente legitimó su uso en la norma culta del idioma, como una forma gramaticalmente correcta. Aunque… Vos sabés… Eso ya estaba clarísimo desde hacía rato.

Canción recomendada: “Vos”, Lisandro Aristimuño.

“Vos,
entre los días vas…
Vos,
lejos del miedo, encantadora…
Sos viento de los mares,
mojando melodías…”

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